Todo parece indicar que las pancartas en las manifestaciones van a pasar de moda, pues un grupo de feministas rusas están utilizando nuevos métodos para reclamar sus derechos.
Ellas, en lugar de lanzar consignas y vociferar se acercan a los policías, les hacen alguna pregunta fingiendo estar despistadas y, de buenas a primeras, zas… les estampan un beso en la boca.
A los policías, al parecer, no les causa desagrado este tipo de protestas, aunque algunas mujeres policías prefieren evitar las manifestaciones de las feministas… para no quedar en ridículo
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