ABC internacional, Japon. Dos muertos, más de un centenar de heridos, varios incendios y escapes, numerosos daños materiales y una nueva ola de pánico. Ese es el balance del potente terremoto de 7,1 grados que sacudió anoche al noreste de Japón, la misma zona que hace hoy justo un mes fue barrida por el tsunami que desencadenó otro temblor de magnitud 9.
Los fallecidos son un hombre de 79 años de la prefectura de Miyagi, que al parecer murió de un infarto, y un mujer de 63 años de Yamagata cuyo respirador artificial falló por la falta de electricidad.
Además, el temblor obligó a evacuar a los trabajadores que intentan controlar la siniestrada central de Fukushima 1, donde estaban inyectando nitrógeno en los reactores para impedir nuevas explosiones como las que destrozaron parte de la planta días después de que el tsunami la inundara el pasado 11 de marzo.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, que rebajó la intensidad de 7,4 a 7,1 grados, este nuevo seísmo se situó casi en el mismo lugar que el de magnitud 9 de hace un mes. Originado en el mar, en una falla a 40 kilómetros de profundidad frente a las costas de la prefectura de Miyagi, su epicentro distó 65 kilómetros de Sendai y 330 de Tokio. Entre medias, a 115 kilómetros, los técnicos han vuelto a sus desesperadas labores por enfriar los reactores nucleares de Fukushima para cortar las fugas radiactivas.
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